María Jesús Godoy Domínguez y Fernando Infante del Rosal editan un nuevo volumen en la colección Estética & Crítica de Publicaciones de la Universidad de Valencia que recupera planteamientos y caminos olvidados en la historia de las ideas estéticas.
Entrada en PUV:
(…) y que nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar
que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo
Julio Cortázar, Rayuela
Como en una rayuela, que pide avanzar saltando entre diferentes espacios, este libro propone una serie de capítulos que sortean la asentada historia de las ideas estéticas. Estos capítulos presentan pensamientos que por diversas razones suelen eludirse o, como mucho, abordarse de manera exigua y apresurada en el ámbito académico de la estética. Como en la Rayuela de Cortázar, Estéticas perdidas invita a deshacer el relato asimilado, a romper con la linealidad del discurso temporal de las ideas filosóficas, con el encadenamiento forzado de autores que se suceden en una causalidad aceptada generalmente por quienes enseñamos e investigamos asuntos del pensamiento estético.
No se trata, por tanto, de ofrecer otro relato, de oponer a la historia asumida de las ideas estéticas una historia alternativa –esto implicaría caer en lo mismo–, sino de hacer visibles algunos de los huecos, las sendas perdidas, los espacios y tiempos que han quedado ocultos, parcial o totalmente, en la narración académica. Este libro no busca reescribir la historia, tan sólo dar lustre a los colores que se apagaron con el tiempo o iluminar los lugares que quedaron voluntaria o involuntariamente en la penumbra. Por otro lado, al eludir la continuidad lineal, resulta irrelevante si todas las épocas del pensamiento o todos los contextos culturales se encuentran aquí reflejados. No se quiere rellenar vacíos, simplemente deshilar la cerrada trama de la historia de la estética.
Los veintidós capítulos que componen este libro se adentran en el pensamiento de sendos autores y autoras que de algún modo han sido relegados o infravalorados por la tradición moderna y contemporánea de la reflexión estética, cuando no por su propio tiempo. Evidentemente, no se reúnen todos los pensamientos que pueden considerarse perdidos, todas las sensibilidades que pueden darse por olvidadas; eso sí, todas las autorías aquí abordadas son importantes para la reflexión estética, para aquella que no busque el acomodamiento en lo ya dado o definido completamente. A esta actitud abierta, que acepta que el confort no es el principio de la filosofía, menos aún de la creación, va dirigido este volumen.
Quien lea atentamente estas páginas encontrará planteamientos que se desvían de los vectores trazados por la historia escrita de la filosofía, ideas que en muchos casos contradicen esos sentidos aceptados, valores ajenos –y hasta opuestos– a los aprobados por la historia del arte y de la estética filosófica. Es el caso, por ejemplo, de Herder, un pensador al que la teoría estética relega habitualmente a los márgenes por su posicionamiento declarado en contra del primer diseño disciplinar realizado por Baumgarten y por proponer una estética definida más por el sentimiento que por el conocimiento sensible; o el de María Zambrano con su razón poética, una razón creadora e imaginativa, pero sobre todo, emergida de la sensibilidad más que del intelecto. Tales desvíos y contrastes constituyen presumiblemente la razón primera de su silenciamiento. Evidencian, particularmente y en su conjunto, un hecho asumido desde hace unos años por la disciplina estética: el carácter normativo de su configuración como teoría moderna. Y es que, un problema singular de la reflexión estética proviene del hecho de estar históricamente comprometida con los objetos de su estudio –unos valores y unos hechos estéticos, entre ellos el arte–, lo que impide muchas veces que su elaboración reflexiva y crítica goce de la distancia apropiada para el trabajo filosófico y favorezca más bien un posicionamiento impensado y acrítico respecto de ciertos valores y hechos estéticos (como sucede, sobre todo, con el alineamiento del pensamiento dominante con la autonomía del arte frente a una normalidad o practicidad tomadas por perversas).
Por esta razón, Estéticas perdidas no muestra solamente ideas apartadas, términos en desuso o valores rechazados; abre el pensamiento estético a una amplitud mayor que la demarcada por la propia disciplina en su relato histórico. Enfrenta el pensar estético a la significativa vastedad a la que en gran medida ha renunciado. En el pensamiento estético de Plotino o San Agustín, sabios con los que comienza este libro, lo estético –precisamente por no constituir aún un ámbito específico y, menos aún, una disciplina reflexiva– se desenvuelve en un espacio enorme. Por su parte, en autores como Gillo Dorfles o Yuriko Saito, que ocupan algunas de las últimas secciones del volumen, se aprecia la voluntad consciente de reclamar para la estética –como área ya diferenciada en el pensar filosófico– un terreno mucho más dilatado que el que la propia disciplina se ha trazado para sí desde la Modernidad.
Con todo, a pesar de este reduccionismo normativo, como disciplina filosófica la estética cuenta en la actualidad con un campo de intereses muy extenso; tanto, que incluso a quienes trabajamos en dicha disciplina nos costaría trazar el mapa de sus territorios, sobre todo porque un mapa así se va viendo alterado de un tiempo a otro y, a cada momento, una nueva región se delinea mientras otra quizás empieza a desdibujarse. En ese sentido, las ediciones, las publicaciones y los congresos académicos ayudan a que el trazado se vaya haciendo visible y a que apreciemos cuáles son los momentos, los enfoques, los asuntos y los hechos a los que la teoría estética dirige su atención en el presente. Y tan constitutivas de esta actualidad son sus presencias como sus ausencias.
Por eso, cabe plantearse dónde quedaron –ubi sunt– aquellos conceptos, ideas y valores que en otro tiempo, no siempre lejano, fueron relevantes; conceptos, ideas y valores que quizá sigan operando hoy en una región de la vida estética no suficientemente alumbrada por la reflexión filosófica o no advertida por ella. Esta pregunta por las ausencias en los tratados de historia de la estética puede ser formulada también de esta manera: ¿a dónde fueron a parar aquellos momentos del pensamiento estético y de la teoría de las artes que ya sólo explicamos pero que hemos dejado de comprender? Pues sin duda tratamos tales momentos, los seguimos situando, hemos perfeccionado sus wikis y sabemos enumerar los nombres implicados, pero hace tiempo que hemos amortiguado su fuerza y hemos dejado de leerlos desde hoy.
De igual manera, ¿por qué prolongamos las elisiones tradicionales, ahora que los mapas están más a la mano y que su acceso es más asequible? Son muchos los autores y autoras que han dedicado importantes reflexiones a lo estético y lo artístico sin que dichas reflexiones constituyan el centro de sus teorías, razón que justificaría el que muchas veces los hayamos pasado por alto. Uno de los casos más elocuentes es el de Rousseau, cuyas propuestas musicales, residuales dentro del grueso de un pensamiento como el suyo, han tenido más presencia en las historias de la música que en las de la estética filosófica. La ausencia de Adam Smith también es significativa, por lo sustancioso de sus textos sobre estética. Otro motivo es el ya señalado: sus ideas suponen muchas veces desplazamientos respecto de la historia del pensar estético que hemos aprendido y aceptado; visiones alejadas de la versión dominante en su tiempo, como en el caso ya señalado de Herder, que constituye también un pensar excéntrico para la estela contemporánea de la estética, y por las mismas razones. Desde la extraterritorialidad, o lo que es lo mismo, contraviniendo el canon occidental radicado en el arte autónomo, formuló sus planteamientos el japonés Sōetsu Yanagi. Y extemporáneo devino el vocabulario estético de Moritz, de fuerte impronta dieciochesca, tan pronto como el idealismo alemán comenzó a elaborar un lenguaje sistemático y el Romanticismo empezó a clarear en el horizonte.
ÍNDICE/
Reencuentros con el pasado estético
Fernando Infante del Rosal
M.ª Jesús Godoy Domínguez
Universidad de Sevilla
Plotino (205-270)
Plotino y el poder del arte
Sixto J. Castro Rodríguez
Universidad de Valladolid
San Agustín (354-430)
San Agustín y la doctrina de la autonomía de lo bello
Adrián Pradier Sebastián
Universidad de Valladolid
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)
Jean-Jacques Rousseau. La estética musical
Anacleto Ferrer Mas
Universidad de Valencia
Adam Smith (1723-1790)
La estética de Adam Smith como síntesis del siglo XVIII
Jorge López Lloret
Universidad de Sevilla
Johann G. Hamann (1730-1788)
Johann Georg Hamann y la estética como teología y antropología
Santiago Rebelles del Valle
Universidad de Granada
Johann G. Herder (1744-1803)
Johann Gottfried Herder y el segundo inicio de la estética
José F. Zúñiga
Universidad de Granada
Johann W. von Goethe (1749-1832)
Johann Wolfgang Goethe y la estética elusiva
Miguel Salmerón Infante
Universidad Autónoma de Madrid
Karl Philipp Moritz (1756-1793)
Karl Philipp Moritz: el sinuoso camino hacia la Estética moderna
Marcelo G. Burello
Universidad de Buenos Aires
Søren Kierkegaard (1813–1855)
Søren Kierkegaard o las razones de la máscara
Jacobo Zabalo Puig
Universitat Pompeu Fabra
Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832)
El krausismo en España y la educación estética
Francisco J. Falero Folgoso
Universitat de les Illes Balears
Georg Simmel (1858-1918)
Georg Simmel y la estética de las formas vitales
Eugenia Fraga
Universidad de Buenos Aires
Juan Mas y Pi (1878-1916)
Juan Mas y Pi y la militancia estética filolibertaria
Carmen Rodríguez Martín
Universidad de Granada
Sōetsu Yanagi (1889-1961)
Sōetsu Yanagi y las artesanías olvidadas
Rosa Fernández Gómez
Universidad de Málaga
Siegfried Kracauer (1889-1966)
Kracauer y las afinidades de la fotografía
Nélio Conceição
Universidade Nova de Lisboa
Susanne Langer (1895-1985)
Susanne Langer y el carácter simbólico de la música
Magda Polo Pujadas
Universitat de Barcelona
María Zambrano (1904-1991)
María Zambrano y la estética de la razón poética
Inmaculada Murcia Serrano
Universidad de Sevilla
Simone Weil (1909-1943)
Simone Weil y la atención a la belleza encarnada
Raquel Cascales
Universidad de Navarra
Gillo Dorfles (1910-2018)
Gillo Dorfles. Estética de la intersubjetividad
Fernando Infante del Rosal
Universidad de Sevilla
E. M. Cioran (1911-1995)
El pensamiento estético de Emil Cioran
Joan M. Marín
Universitat Jaume I
José María Moreno Galván (1923-1981)
José María Moreno Galván. La reconstrucción de la modernidad estética y artística en España
Miguel Ángel Rivero Gómez
Universidad de Sevilla
Gilles Deleuze (1925-1975)
Arte, pensamiento y la hipersaturación simbólica en el último Deleuze
Marco Parmeggiani
Universidad de Málaga
Yuriko Saito (1953-)
Yuriko Saito y lo cotidiano estético
M.ª Jesús Godoy Domínguez
Universidad de Sevilla