Coloquio internacional ‘Sensibilidad experimental. Arte, Filosofía y Universidad’

Entre el artista «sin actitud metafísica”, del que no obstante parece derivar todo el «arte conceptual», y el filósofo que clama en medio de la noche sagrada de las sinfonías de Wagner y de las tragedias griegas «¡Nosotros los artistas!», los límites entre el arte y la filosofía se dibujan y desdibujan en la búsqueda de otras formas de vivir en la Universidad.

        ¿De qué arte hablamos, hoy en día, cuando nos referimos a «arte y filosofía»? ¿Qué arte, qué filosofía, tras los acontecimientos «Nietzsche» y «Duchamp»? ¿Puede aún concebirse una práctica propiamente artística, un trabajo propiamente filosófico? ¿O acaso son estas palabras etiquetas en un mundo de pensamientos impuros, complejos, híbridos, dinámicos, que no son ni artísticos ni filosóficos, o una cosa y la otra?

        O bien, ¿cuál es el valor y la función de la cópula filosofía y arte? ¿Qué define expresamente ese encuentro entre afectos, intuiciones, conceptos e ideas? ¿Qué provocó el arte (los lenguajes artísticos y sus límites, la lógica de la sensación) respecto a los medios de exposición de la filosofía? ¿Cómo las clásicas, excepcionales, nociones de genialidad o talento (su mitología) reescribieron el quehacer artístico, ya fuese peraltándolo o disolviéndolo?