El congreso anual de la Sociedad Europea de Estética ha celebrado su edición 2016 en la ciudad de Barcelona entre los días 8 y 10 de junio.
Gerard Vilar y Christoph Menke.
Con un programa bien nutrido, durante tres días se han discutido en sus mesas de comunicación y en las sesiones plenarias algunos de los temas de más actualidad de la filosofía del arte y la estética.
El primer día comenzó con la conferencia inaugural de Lev Kreft, que versó sobre las relaciones entre el socialismo y el mundo de los dandis, siguiendo la estela de los estudios culturales en la línea de Greil Marcus o Servando Rocha. A continuación, tuvieron lugar las cuatro primeras mesas simultáneas de comunicaciones, divididas entre filosofía de la imagen y los media, estética, marxismo y teoría crítica, idealismo alemán y teorías del juicio. El segundo día comenzó con mesas sobre historia y estética, filosofía del arte, estética cotidiana (everyday aesthetics) y, nuevamente, filosofía de la imagen, del cine y los media. La conferencia de Christoph Menke marcó el paso de ecuador del congreso, abordando el tema de las “capacidades”, revisando para ello algunos de los textos que ha publicado en los últimos años, como sus tesis sobre el arte o los que piensan el concepto de ‘fuerza’. El día se cerraba con mesas sobre filosofía de la literatura y de la imagen, estética y ética, una mesa genérica titulada -al mismo tiempo “temas de estética “ y “la estética importa” (aesthetics matters). Los temas de imagen, idealismo alemán y de juicio abrían, de nuevo, el tercer día, junto a la estética evolutiva. El día siguió con idealismo alemán y teorías del juicio, aunque cambiaron de acompañante: se sumaron la segunda sesión de “aesthetics matters” y filosofía de la música. Cerraron el congreso dos sesiones sobre estética y conocimiento y la última de “aesthetics matters” y la conferencia de clausura de Elisabeth Schellekens: What Do We Owe Beautiful Objects?.
En general, la preocupación por seguir pensando temas kantianos -y de sus seguidores- fue una constante en los tres días del congreso. El protagonismo fue compartido por las teorías sobre la imagen y la ficción, en general en alza en nuestro país con la -relativamente- reciente recepción de, entre otros, Rancière o Didi-Huberman, y la estética cotidiana, tema recurrente en el último congreso de SEyTA en Braga. La dilatada distribución del tiempo para la exposición de propuestas y de debate, que constaba de 45 minutos por ponente, resultó un acierto absoluto, ya que permitió sugestivas discusiones entre los participantes. Con presencia de investigadores de diferentes generaciones y representantes de casi toda Europa, una vez más el congreso europeo de estética ha demostrado ser un enclave fundamental de encuentro y convergencia.
Marina Hervás Muñoz
Universitat Autònoma de Barcelona
